viernes, 18 de marzo de 2016

Relato de un viaje a un concurso de equitación en Jerez de la Frontera


Charlotte Dujardin 

Creo que es el mayor evento ecuestre al que he tenido el honor de poder asistir y lo que es más importante de estar al lado de los participantes compartiendo con ellos los nervios, la preparación, ayudándolos con los caballos y con el material. No puedo por menos antes de contaros este relato dar las gracias a Cesar de la Fuente, a María de Pablos y a Carla de la fuente porque me diesen esta oportunidad de vivir algo tan maravilloso, y lo que es más grande, de vivirlo a su lado aprovechando todo su conocimiento para asimilar cada detalle cada punto. La oportunidad de estar rodeado de los más grandes (Rafael Soto, María Caetano, Carl Hester, Charlotte Dujardin, José Antonio García Mena, Luis Lucio, Nicky Barret,...), de ponerlos cara, de verlos montar, de aprender de ellos un poquito, al lado de quien me está enseñando la mayoría de mis conocimientos de equitación. 


Todo empieza cuando me entero a través de las redes sociales de Carl Hester y Charlotte Dujardin van a venir a un concurso a Jerez de la Frontera, yo pienso en lo bonito que sería verlos montar en persona y en lo lejos que esta Jerez de  nuestra querida Grajera  en Segovia.

El miércoles siguiente como cada miércoles voy a club deportivo hípico Aequima (para los amigo "a casa de César" (César de la Fuente) y hablando con ellos a lo largo del día me dicen que seguramente vayan a concursar a Jerez y que ya lo estaban mirando todo para bajar con Capitel. A mí me da una envidia que me muero y me dan más ganas de bajar. 

Al miércoles siguiente llego de nuevo a casa de Cesar de la Fuente e igual que la semana anterior a lo largo del día sale otra vez el tema del concurso de Jerez porque Carla (Carla de la Fuente la hija de César) quiere bajar a Jerez también a concursar con Fay (una yegua alucinante que por una pequeña lesión llevaba tiempo sin trabajar y llevaban trabajándola 15 o 20 días. César le decía que llevaba poco tiempo trabajándola pero Carla estaba convencida así que decidieron que bajaban los dos caballos para concursar. A mi cada día me apetecía más y más bajar a ver ese espectáculo único.

El punto álgido de mi decisión llego cuando viendo Facebook vi las fotos de la primera semana de concurso que se daba en Jerez y entonces enloquecí con un objetivo claro "Tengo que bajar a Jerez".

Trate de convencer a mucha gente de que se bajase conmigo el sábado por la noche, pasásemos allí el domingo por el día y nos volviésemos el domingo por la noche. La respuesta fue clara y rotunda por parte de todos "estás loco 16 horas de coche por 8 de concurso".

Luego hablando con mi familia me decían que porque no le preguntaba a César si me dejaría dormir en el camión y así podía descansar y luego subirme, pero no me gustaba la idea, si llamaba a César y me dejaba bajarme tenía que ir con todas, a ayudarles en todo (lo cual me llamo aún más la atención que solo bajar a verlo). Me decidí y llame a César. Me dijo que no habría ningún problema en que me bajase, por lo que le pedí dormir en el camión ya que ha dos días de tener que bajarnos no iba a encontrar ningún hotel donde dormir y me dijo que no habría ningún problema.

Así que el martes a las 9 de la mañana estaba en Segovia con todo preparado para la gran aventura.

Salimos a las 10:30 de Espirdo con tres caballos Capitel, Fay y Sir. Chocolat. Yo no lo sabía pero Jesús (un chico de 18 años que tiene un caballo en casa de César y que ahora mismo está arrasando en su categoría) también se venía a concursar a Jerez.

Llegamos a Jerez a las 19:30 después de 9 horas de duro viaje. El lugar era precioso nada más y nada menos que la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre como marco de aquel magnifico evento. Y además las propias instalaciones de la escuela para disfrutarlas nosotros ya que los caballos de la misma que viven allí durante todo el año los llevaron a otro lado para poder alojar al gran número de caballos que había llegado desde todas partes del mundo.

Descargamos los caballos y todo el material necesario en la penumbra del anochecer y nos fuimos a cenar y a descansar.

Jamás imagine que se podría dormir tan bien en el sofá cama de un camión. 

Amanecí a la 7:00. Allí todo era bonito, parecía una mañana de agosto de las de aquí que simplemente son un poco frescas. Amaneciendo voy a la escuela a dar de comer a los animales antes de ir al hotel a desayunar con todos, para acto seguido irnos a la escuela a montar y a ver montar a los mejores jinetes del mundo. 

Cuando llegamos a la escuela ya había gente montando y preparando los caballos. Los caballos eran alucinantes. Había caballos de un montón de razas aunque el 80% más o menos serian caballos centro-europeos ya que destacan mas en estas disciplinas también había caballos españoles y portugueses. Todos con un limpio impoluto, brillantes y bien cuidados mimando hasta el último detalle. Al igual que los caballos todos los equipos. 

Empezamos a preparar a los caballos y fuimos a la pista de entrenamiento la cual ya estaba casi llena de caballos. 

Ver entrenar a todos era alucinante, fijándote en todos los detalles de los jinetes y de los caballos te dabas cuenta de lo que sabes y de lo que te falta por aprender y más teniendo al lado a un maestro de la magnitud de César de la Fuente. Todo pasa a hacerse más evidente. Hablando con él te dabas cuenta de que caballos que parecían ir muy bien tenían problemas, rigideces, faltas de equilibrio y que caballos que parecían no tener la capacidad para realizar ejercicios de un nivel tan alto podían realizarlos sin problemas gracias al trabajo metódico y equilibrado. En cuanto a los jinetes te dabas cuenta de la técnica de cada uno de cada detalle de cosas que Cesar a mí me tiene prohibido hacer y que yo en mis clases también las prohibido y de las consecuencias que estas prácticas tienen en el equilibrio, en el ritmo y como no en la finura del jinete. 

Capitel, un lusitano alazán precioso que montaba Carla, salió con muchísima fuerza y Carla tuvo una dura sesión de trabajo hasta que se tranquilizó y empezó a trabajar más tranquilo, más atento, más concentrado en Carla.

Sir Chocolat, un caballo centro-europeo con el hierro del Estado, que lo montaba Jesús, es más tranquilo y la sesión de trabajo fue más tranquila que la de Carla. Aun así las sesiones de trabajo a ese nivel son duras sobre todo por la concentración que debe tener el jinete y que debe conseguir de su caballo para que todos los ejercicios (cambios de pie, apoyos, galopes trocados, trotes medios y largos, galopes largos) salgan correctamente.

Fay, una yegua Alemana con mucha calidad que también montaba Carla, tuvo una sesión tranquila de trabajo ya que la yegua se dio muy bien y estaba tranquila.

Después de una mañana llena de caballo nos fuimos a comer para después volvimos a la escuela a refinar los ejercicios que por la mañana no habían salido perfectos y sobre todo por montar a capitel que había salido muy fuerte e igualmente que por la mañana poder ver entrenar a los demás jinetes.

Después de esta larga jornada en la que parecía que no hacías nada pero de la cual terminabas agotado nos fuimos a cenar y a descansar, ya que al día siguiente, jueves, teníamos que entrenar por la mañana y el examen veterinario por la tarde.

El jueves, como ya cada día de esta semana, me levante, eché de comer a los caballos y fui al hotel para desayunar y empezar con los entrenamientos en la escuela. 


Ese día teníamos el examen veterinario así que montamos un poco por la mañana disfrutando de un sol como el que solo hay en el sur y de una temperatura de unos 20 grados.


A las 12:00 del mediodía la escuela realizaba su espectáculo Como Bailan los Caballos Andaluces y fuimos todos a verle. Es un espectáculo espeluznante, cuando empieza, sale un caballo alazán, colino y hace una exhibición de doma vaquera con sus paradas a raya, sus media vueltas, sus arreones, apoyos al galope. Luego, cuatro caballos con sus jinetes con la vestimenta tradicional de la escuela hacen un carrusel de doma clásica. Por último la alta escuela, los caballos haciendo posada, levadas, cabriolas, corbetas, ver a los caballos poniéndose de manos a la orden del maestro saltando y tirando una coz al mismo tiempo avanzando dando saltos con los pies junto puestos de manos casi en la vertical, era impresionante.

Cuando terminó fuimos a comer pronto, para poder tener limpios los caballos para presentarlos al examen veterinario en el cual lo que más se mira son cogerás y problemas de salud que pudiesen tener los caballos de forma evidente. Visto desde fuera un examen veterinario como el que ves que realizan podría parecer una tontería pero cuando lo vives desde dentro y eres consciente de todo el conocimiento que tienen los comisarios que están por todas partes te das cuenta de su importancia y de que lo primero son los caballos en todo momento.

Pasados los exámenes veterinarios, vimos algún entrenamiento más y nos fuimos a cenar y a descansar ya que el viernes teníamos que darnos el madrugón de nuestras vidas porque salíamos a pista a las 8:15 de la mañana.

El viernes me levante a las 5:00 y directamente fui al hotel a por César, María (la mujer de César y madre de Carla) y Carla. Jesús iba con su familia en otro coche. Cuando llegamos a la puerta de la escuela por la que habíamos entrado todos los demás días, estaba cerrada y habían perdido la llave del candado por lo que los ánimos a la puerta se empezaban a calentar. Una chica alemana que tenía el mismo problema que nosotros empezaban a agitar las puertas como una loca. Por fin convencimos a los encargados de seguridad que estaban dentro de que nos dejasen pasar por la puerta de seguridad y nos pusimos a preparar como locos ya que llevábamos un poco de retraso dentro de que teníamos calculado que necesitábamos dos horas antes de la prueba para preparar y calentar bien. Gracias a la habilidad de María haciendo las trenzas y a Diego, el hermano de Jesús que también sabe mucho de caballos pudimos llegar a tiempo. Allí todos hacíamos todo y nos ayudábamos mutuamente.

Llego la hora no tenemos mucho tiempo entre caballo y caballo para que salgan a pista así que mientras que Carla y Jesús estaban calentando con cesar María y yo preparábamos a Fay para que luego pudiesen calentar más tranquilos.


Que alegría Jesús 2º en su primer debut en un concurso internacional y Carla 3º con Capitel y 4º con Fay

A las 11 habíamos terminado y teníamos todo el día por delante pero decidimos dar otra vuelta a los caballos y ver el resto de pruebas y entrenamientos.



Al día siguiente, el sábado, competíamos más tarde, así que fuimos más tranquilos teníamos la hora de salida a la hora de comer. Nada más llegar por la mañana vimos a la gente entrenando y luego fuimos a preparar a los caballos tampoco teníamos mucho tiempo así que nos organizamos igual. En lo que calentaban, nosotros preparábamos a Fay y luego veíamos las prueba pero esta vez Capitel y Carla no estuvieron tan lucidos y tuvieron algún fallos quedándose con el 5º puesto. Jesús con su Sir Chocolat tuvo un arreón en mitad de una diagonal de trote largo que aunque supo controlar el caballo muy bien fastidio la prueba dejándolo en un 8º puesto. Y Fay junto con Carla montaron una prueba preciosa consiguiendo un 2º puesto.


El sábado por la noche nos invitaron a acudir a una cena de gala en el patio de carruajes. Yo no había estado allí nunca (creo) aunque sí que había estado dentro del museo del carruaje. El marco para la cena era precioso y muy cuidado. Al principio de llegar teníamos preparado un cóctel en el cual tomamos algún refresco y nos ofrecían pescado frito. Al tiempo nos sentamos todo juntos y pudimos disfrutar de una agradable cena comentando los caballos, a los jinetes y como en cada momento de nuestra instancia en Jerez, aprendiendo.

El domingo era nuestro último día de concurso y así que por la mañana fuimos y preparamos los caballos. Era un día especial porque el concurso consistía en realizar una kur. Las Kur consisten en realizar unos ejercicios dentro del cuadrilongo al compás de una música previamente elegida o creada para la ocasión lo cual nos da un espectáculo alucinante por que los caballos acaban yendo al ritmo de la música. En una Kur se valora la parte técnica de los ejercicios y la parte artista.

En esta ocasión Carla solo competiría con Capitel ya que con Fay no la había dado tiempo a entrenar la Kur y Jesús competiría como los otros días con Sir Chocolat.

Yo en el momento en el que fue la primera participante me fui a ver las pruebas que se realizaban dentro del picadero cubierto de la escuela que tiene un equipo de sonido y de iluminación alucinante que utilizan para los espectáculos. Fueron todas preciosas con los caballos al ritmo de la música con músicas muy diferente con cambios entre el paso, el trote y el galope, era un espectáculo.


Pero... los resultados obtenidos esta vez no fueron tan buenos. Jesús obtuvo el cuarto puesto y Carla el quinto puesto. Aun así con una sonrisa y habiendo terminado esta semana tan emocionante nos fuimos a comer y a descansar un poco antes de cenar.

El lunes recogimos todo y nos fuimos de aquel paraíso. Otras nueve horas de viaje pensando en todo lo que habíamos visto, en todos lo que habíamos vivido en aquellos días. 

Tampoco voy a cerrar el relato sin volver a dar las gracias a Cesar de la Fuente por esta oportunidad.



Gracias. 

Carla de la Fuente con Capitel 

 Pista de calentamiento 

 Palacio

 Charlotte Dujardin recibiendo una clase por Rafael Soto con un caballo de la Escuela

 Pista de calentamiento antes del examen veterinario

 Picadero cubierto 

 Carla de la fuente con Fay

 Pista de calentamiento

 Carl Hester

 Carla de la Fuente y Carl Hester

Valegro





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